Descansar un rato a tu lado después de las clases es la mejor manera de olvidar lo mal que puede llegar a comenzar un día y si además le añadimos una comida en una terracita con unas vistas increíbles, eso ya no tiene precio.

En el silencio de la oscuridad, los abrazos se hacen más próximos, los besos más fuertes, las caricias más rápidas y curiosas,.. dejando a un lado a aquellas personas que solíamos ser por unas nuevas que se mueven por instintos animales. Irreconocibles. El ritmo de nuestros latidos influye en nuestros movimientos, a cada cual más acelerado e intenso. Tus labios bajan por mi cuello, tu mano sube por mi cintura levantando mi camiseta mientras la otra investiga mi cuerpo. Y de repente, toda la tensión disminuye, nuestros corazones se relajan y vamos recuperando el aliento poco a poco.
Después mirarnos a los ojos y no reconocernos, preguntándonos que qué es lo que ha pasado, qué quienes somos y en qué nos hemos convertido. Pero sin arrepentirnos de nada.
Que tras todo esto me llames princesa como si aún fuera lo suficientemente inocente para merecer ese nombre y que me abraces mostrando preocupación ante mis sentimientos, ante el miedo que pueda tener a perderte por haberte entregado más de mí de lo que hubiera pensado..
Y que una vez calmado el ambiente, regresado cada uno a su hogar, nos volvamos a encontrar por la noche entre amigos para tomar algo por ahí, guardando lo ocurrido como un secreto entre los dos que nunca ha de salir de allí.
Mientras cae la noche, vas mostrando tu cansancio, te recuestas en tu asiento y cierras tus ojitos intentando descansar un poco, no te puedes imaginar lo hermoso que estás, y en un descuido en el que nadie mira y nadie nos presta atención, me acerco a ti arrimando mi boca a tu oído sin hacer ruido para poder sorprenderte y sin que te lo esperes te susurro un simple " te quiero ", que consiguió hacerte soltar una de las mejores sonrisas que me has regalado por no decir la mejor, aún manteniendo los ojos cerrados tu gesto de dormilón cambió a uno de felicidad. Quizás no fuese el primer te quiero que te decía, pero sí el más sincero y bonito que te he dicho hasta el día de hoy, y en esto creo que estamos de acuerdo los dos. Nunca olvidaré tu carita de ese instante, estabas precioso mi amor, Te Quiero Mucho. ♥
Que tras todo esto me llames princesa como si aún fuera lo suficientemente inocente para merecer ese nombre y que me abraces mostrando preocupación ante mis sentimientos, ante el miedo que pueda tener a perderte por haberte entregado más de mí de lo que hubiera pensado..
Y que una vez calmado el ambiente, regresado cada uno a su hogar, nos volvamos a encontrar por la noche entre amigos para tomar algo por ahí, guardando lo ocurrido como un secreto entre los dos que nunca ha de salir de allí.

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