Pero antes de vernos, a mi mente malvada se le ocurrió un plan perverso, demasiado tentador como para no hacerlo, así que estuve toda la mañana perfeccionándolo hasta que pude llevarlo a cabo. Esta idea maligna, no era ni más ni menos que ponerte un multa de broma, busque alguna plantilla que pareciera creíble por internet y modifique los datos con los tuyos y de tu coche, conforme iba terminando apartados mejor pinta tenía, aunque no paraba de sacarle pequeños fallos superficiales.


Entramos a la sala y buscamos el sitio perfecto sin categoría alguna, y a esperar a que empiece el concierto viendo como la gente se recoloca en sus respectivos asientos.
Entran los músicos y poco a poco la sala se va inundando con el sonido de las cuerdas de sus violines, una acústica increíble, un sonido cautivador, que te envolvía y te alegraba por dentro, un escenario enorme, los trajes de los artistas muy formales y los vestidos de las mujeres largo, llamativos y bonitos, el público concentrado en el espectáculo y yo con la mejor compañía posible, mi romeo..
Obras de Vivaldi, Purcell, Bach, Schubert y Britten tocadas con delicadeza y precisión, creando un ambiente embaucador que te transporta otros lugares.
Nunca había estado en nada similar y me pareció algo precioso y encantador, volvería a ir sin lugar a dudas, antes que a un concierto de mi cantante preferido.
Me diste una tarde inolvidable amor, no sé como lo estás haciendo pero cada día me enamoro más de ti, con verte sonreír soy feliz, gracias por existir, te quiero mucho mi vida, para mí eres como las notas al pentagrama, como las cuerdas al violín, como el músico y la música...
No hay comentarios:
Publicar un comentario